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5 hábitos dentales que evito y que tú también deberías evitar

¡Hola! Hoy quiero hablarte de algunas prácticas cotidianas que he aprendido a evitar para mantener una buena higiene bucal. Aunque a veces parezcan inofensivas, pueden tener efectos perjudiciales. Te cuento mi experiencia y te doy algunos consejos para que tú también puedas cuidarte mejor.

1. Malas prácticas alimenticias

Primero, hablemos de la comida. Cuando comía palomitas las apuraba masticando los núcleos duros de maíz que quedaban sin romper, pensando que no pasaba nada. ¡Error! Esto, como masticar hielo, o en general andar masticando cosas duras para romperlas, pueden causar fracturas y microfisuras en los dientes, debilitándolos.

Otra cosa que dañaba mis dientes sin saberlo, eran los refrescos azucarados. Son altamente perjudiciales porque dañan el esmalte y aumentan el riesgo de sufrir caries.

Para mejorar esto, procuro tomar snacks más saludables como zanahorias o manzanas, que no solo son nutritivos, sino que también ayudan a limpiar los dientes. Algunos recomiendan que para las bebidas azucaradas se se una pajita y así reducir el contacto con los dientes, yo simplemente pasó de tomar este tipo de bebidas, no me va la vida en ello.

También es recomendable cepillarse los dientes y limpiarlos con un Water Flosser después de cada comida. Para mí ha supuesto un antes y un después en el cuidado de mi dientes, y en general de la higuiene bucal.

2. Utilizar los Dientes como Herramientas

Otra práctica perjudicial es el uso de los dientes como instrumentos para abrir envases, romper precintos o arrancar etiquetas. ¿Quién no lo ha hecho alguna vez? Estos usos indebidos pueden provocar daños serios, como fracturas o incluso la pérdida de piezas dentales. Hay que meterse en la cabeza, que los dientes están diseñados para masticar alimentos, no para funcionar como herramientas.

3. Rechinar los Dientes y sus Consecuencias

El bruxismo, o rechinar de dientes, es un problema común que suele ser causado por estrés, ansiedad o un mordisco anormal. Mi experiencia con el bruxismo ya os la he contado y ahí me explayo dando mi opinión.

En síntesis, este hábito, a menudo inconsciente, provoca un desgaste excesivo de los dientes y puede conducir a problemas en la mandíbula y dolores de cabeza. Para abordar este problema, se recomienda la utilización de una férula de descarga durante la noche, la cual ayuda a aliviar la presión y prevenir el desgaste dental.

Además, es importante adoptar estrategias para reducir el estrés, como técnicas de relajación o ejercicios de meditación. Reducir el consumo de cafeína y evitar masticar objetos no alimentarios también son medidas efectivas. Un consejo útil es colocar la punta de la lengua entre los dientes para evitar el rechinamiento involuntario y aplicar una toalla caliente en la mandíbula para relajar los músculos.

4. El Uso Incorrecto de Cepillos de Dientes

Otro error común es usar un cepillo de dientes de cerda dura. Pensaba que limpiaba mejor, pero en realidad, puede dañar las encías y sensibilizar los dientes.

Es esencial elegir un cepillo de dientes con cerdas suaves o medianas y consultar al dentista sobre el tipo más adecuado según nuestras necesidades específicas.

El cepillado debe ser suave y cubrir todas las superficies de los dientes, incluyendo la línea de las encías y las áreas de difícil acceso. Un cepillo de dientes eléctrico puede ser una excelente opción, ya que muchos modelos cuentan con sensores de presión que evitan el cepillado agresivo.

5. Inadecuada Higiene Bucal

Finalmente, el quinto hábito a corregir es la negligencia en la rutina de higiene bucal, me refiero a pasar olímpicamente de cepillarse los dientes, usar el irrigador dental y no enjuagarse correctamente. Es fundamental cepillarse al menos dos veces al día y cambiar el cepillo o la cabeza del cepillo eléctrico cada tres o cuatro meses. El uso diario de un irrigador dental es esencial para eliminar los restos de comida y la placa bacteriana entre los dientes, donde el cepillo no alcanza.

Los enjuagues bucales juegan un papel importante en la higiene dental. Los antisépticos ayudan a eliminar las bacterias y prevenir el mal aliento, mientras que los enjuagues con flúor fortalecen el esmalte y ayudan a prevenir la caries dental. Es importante elegir un enjuague adecuado a nuestras necesidades específicas y usarlo como complemento del cepillado y el uso de hilo dental, no como sustituto.

Así que, ya sabes, evitar estos malos hábitos puede hacer una gran diferencia en tu salud dental. ¡Cuida tu sonrisa!

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Romuald Fons